viernes, 1 de julio de 2011

Consolidación teatral... "Los Lisístratos" 2007

Una vez acabada la temporada teatral 2006, me di cuenta de que esto de subirse a un escenario e interpretar un papel me encantaba. Hay gente que dice que hay que tener mucho valor para subirse a un escenario y que no se verían capaces de actuar; pero a quien le gusta el teatro lleva una cosa dentro del cuerpo, algo innato que te hace disfrutar y pasarlo en grande, es algo inexplicable… como quien es hábil para jugar a fútbol, o el que es amante de la fotografía; pues con el teatro pasa lo mismo, o vales o no vales. Así que después de mi primera actuación teatral decidí seguir en este fabuloso mundillo de la interpretación, y ya se puede decir que fue entonces cuando ya llegó mi consolidación teatral al interpretar la segunda obra de teatro.
Al igual que al fin de “Vodevil” hubo mucha gente que se marchó, después de la temporada de “Un mal día” hubo también unas cuantas deserciones, esta vez fueron seis personas las que dejaron el grupo de teatro, bien por cuestiones laborales, bien por cuestiones de estar en dos grupos de teatro a la vez (eso conllevaba a no poder estar en todos los ensayos), bien por cuestiones de desplazamiento, o bien por diferencias con otros compañeros. Esta vez en lugar de venir al grupo de teatro seis o siete personas sólo hubo una incorporación, así que para la temporada teatral de 2007 seríamos siete personas (cuatro chicas y tres chicos), en parte algo más fácil para poder buscar una obra de teatro, y también más fácil a la hora de concretar ensayos y poder quedar todos a la vez.
Con lo que después de estar leyendo varias obras de teatro y someterlo a una votación democrática nos quedamos con la nueva obra de teatro. Esta vez la obra elegida fue “Los Lisístratos” del autor Tomás Urtusástegui. Esta obra de teatro es más o menos una versión a la inversa de obra literaria “Lisístrata” de Aristófanes, que luego se hizo la versión cinematográfica dirigida por Francesc Bellmunt.
El argumento de la obra de teatro más o menos era el siguiente: Todo comenzaba siendo el mundo al revés; las mujeres dominaban a los hombres, vamos que los hombres eran unos auténticos calzonazos, tenían que ir a comprar, lavar, planchar… mientras que las mujeres vivían a cuerpo de reina. Todo esto ocurría mientras las mujeres se burlaban de los hombres de mala manera. Claro tanto abuso pudo con la paciencia de los hombres y decidieron hacer una revolución, y la revolución consistía en hacer una huelga de “pitos caídos” vamos que no practicarían sexo con las mujeres hasta que cambiase la situación, y que a partir de entonces ellos serían los claros dominadores de la situación. Pero claro, los pobres hombres no contaban con la presencia de la “matriarca”, vamos algo así como en un clan gitano el patriarca pues en este caso la matriarca.

Al ver que las tres mujeres no paran de lamentarse porque los hombres se han puesto de huelga, decide tomar cartas en el asunto y hace un conjuro (ya que dicha matriarca es una especie de meiga gallega) para que los hombres no vuelvan a tener el mástil bien erguido, vamos para el “pito” no conteste. A partir de este momento se empieza a suceder una situación bien cómica; los tres hombres se quedan en calzoncillos en medio del escenario, con los pantalones por los tobillos y hablándoles a sus “pitos” para que éstos reaccionen. Al principio las mujeres se lo toman en grande, haciendo gestos de mofa y burla ante la desesperación de los hombres… pero viendo que la cosa no cambia, las mujeres se empiezan a preocupar al ver que nunca más podrán volver a “jugar” con sus maridos, con lo que la cosa ya no es tan divertida.
En esta obra de teatro, evidentemente, yo interpretaba el papel de uno de los maridos. Para este caso los tres hombres teníamos que tener más o menos la misma actitud, al principio tener una actitud de calzonazos, luego la de dominante… esta pudo ser una de las más divertidas ya que es cuando más se interpreta, y ya que como se hacen cosas que uno no está acostumbrado a hacerlo en la “vida normal”, pues quizás es más divertido… y como no, la situación de quedarse en calzoncillos pues es lo más divertido de todo.
Hay que decir que los ensayos para esta obra fueron bastante bien con lo que llegamos a tiempo para poder hacer una buena interpretación. Así que llegó el 16 de Junio de 2007, y con eso el momento del estreno, como no en el Teatre Joventut (como viene siendo habitual todos los años, ya que aprovechamos la “Mostra de teatre aficionat” para estrenar cada año la obra de teatro), pero esta vez yo no estaba ni con nervios, ni con ganas de actuar. Ese día se puede decir que no estaba bien anímicamente, vamos que eran uno de esos días en los que estaba de bajón, y lo que menos ganas tenía ese Sábado de Junio era subirme a un escenario a interpretar; pero como dice la canción de Queen “The show must go on”. Este es el sino de los actores, que por “x” o por “y” hay que actuar. Así que llegó el momento de la actuación, con lo que por un par de horas me olvidé por completo de mi estado anímico y me centré única y exclusivamente en mi interpretación. Con lo que instantes antes de mi salida a escenario hice mi típico ritual de los saltitos, mover el cuello de un lado a otro y “hacer del perro de Socios y sabuesos”.
La obra de teatro salió bastante bien, y eso que nos comimos como dos o tres páginas, pero como bien dice nuestro honorable director Quim, como el espectador no sabe de qué va la obra pues no se da cuenta de los saltos de página.
Después la actuación en el Joventut tocaba actuar para las fiestas de Gornal (a las dos semanas de la primera interpretación), pero esa función la tuvimos que suspender y hacer un espectáculo alternativo porque una de las compañeras dijo que se había puesto seis implantes y que no podía medir palabra… ¬¬. Sinceramente y no quiero entrar en polémica, a mi más bien me pareció una excusa para no actuar en Gornal, ya que a la chica no le haría gracia, o no tendría ganas y puso esa excusa. A mi no es que me hiciese demasiada gracia dicha suspensión. En su lugar tuvimos que hacer un espectáculo alternativo basado en unos monólogos y alguna actuación de transformismo. La cosa fue entretenida… pero ya no era lo mismo. Tengo que decir también que esta persona fue la implicada en el anterior año en el roce con la otra compañera que dejó el grupo de teatro… pero bueno, dejemos esos malos capítulos y me centro en mi experiencia.
Después de tanta “tensión” y desilusión vivida lo mejor que podía pasar era que llegase el verano y tomarse un descanso durante los meses de Julio y de Agosto para así poder llegar con las pilas cargadas y al 100% para la representación en Bellvitge, que era lo que realmente importaba. Y así fue, la representación para las fiestas de Bellvitge en el Centro Cultural fue genial, no hubo ninguna laguna, no nos comimos páginas y lo más importante de todo, que yo vi como todos estábamos disfrutando como niños.

En esta representación he de decir que viví una nueva experiencia, que a la vez que es divertida, se pasa un mal rato, que es que te entre la risa en medio de una actuación. La obra de teatro estaba transcurriendo con total normalidad, hasta que llegó el momento en que los hombres se revolucionan. La que hacía de mi mujer me hizo el gesto de que me iba a degollar pasándose el dedo por el cuello (eso en un principio no estaba escrito en el guión, con lo que fue una improvisación para darle más ánimo a la interpretación), así que yo ni corto ni perezoso siguiendo con la improvisación de la interpretación de dediqué una “peineta”. En buena hora se me ocurrió hacerlo, ya que a mi compañera le entró la risa, me la pegó a mí, con lo que ya no pude parar y hasta tuve que dar la espalda unos segundos al público porque me estaba descojonando. Fue un momento muy cómico pero a la vez también incómodo.
Una vez ya acabada la interpretación de Bellvitge ya sólo nos quedaba una representación. Ésta fue en el centro cultural de “Les Bóbiles”. Para no perder la rutina en esta representación nos volvimos a comer como tres o cuatro páginas… pero como ya he dicho unas cuantas líneas más arriba, como el público no sabe el argumento de la obra no se da cuenta.
Así que ya puedo decir que a partir de representar esta segunda obra de teatro, me he consolidado en el mundo del teatro. Todavía me quedaría un mundo por aprender, pero lo importante era disfrutar y cada día estar más a gusto subido a un escenario.
El reparto de “Los Lisístratos” fue el siguiente: Antonio: Raül Toril; Mariana: Sara Collado; Doña Asunción: Ester González; Jacinto: Quim Portero; Altagracia: Marisa Nogueira; Pedro: Rafa Boluda; Patricia: Olaya Lourdes Checa.

Desde que estoy ausente
no se sinó soñar.
Igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Miguel Hernández.