domingo, 13 de noviembre de 2011

Vuelta a los escenarios... “Ya tenemos chica” 2010

Ya por fin llegó el años 2010, yo ya había cumplido con mis compromisos matrimoniales y tenía unas ganas locas de volver a pisar un escenario, no os podéis imaginar la escenariodependencia que tenía... un año entero sin hacer una obra de teatro larga (hice la interpretación de la obra de teatro de Navidad y los monólogos, pero eso ya lo iré contando en futuras entradas). Como iba diciendo, en cuanto acabó la temporada teatral 2009 yo me fui como un loco a decirle a Quim que volvía a los escenarios, que ya no aguantaba más sin poder actuar; cosa que al resto de compañeros les hizo ilusión verme de nuevo por ahí. Claro el año 2010, como en todos los años, hubo nuevas incorporaciones y gente que decidió dejar el grupo de teatro por traslados. Este año sólo hubo dos bajas y cuatro incorporaciones (una de esas incorporaciones se puede decir que es mi reincorporación); con lo que en total éramos once actores, divididos en seis mujeres y cinco hombres.

Así que como todos los años tocó ponerse a buscar una obra de teatro que se adaptase a todos los que éramos y que nos gustase a todos y estuviésemos de acuerdo. Se estuvieron mirando varias obras, pero o bien no se adaptaba a los personajes que éramos o bien eran unas obras de teatro un poco pesadas, o no estábamos conformes. Se planteó la idea de repetir alguna obra de teatro, pero no cuajó esa idea; también se planteó la idea de volver a nuestro autor preferido (Hugo Daniel Marcos). Llegamos a ver alguna obra, pero decidimos no hacerla, para así no encasillarnos en la comedia fácil y desmadrada. Con lo que después de mucho buscar y mucho debate conseguimos ponernos de acuerdo y nos decantamos por una comedia basada en los años 90 en Madrid titulada “Ya tenemos chica” de Juan José Alonso Millán.

Como acabo de decir justo ahora “Ya tenemos chica” se ambienta a principios de la década de los 90 en un buen barrio madrileño situado al lado del paseo de la Castellana. El argumento de esta obra teatral va de una pareja recién casada, bien situada que decide buscar una agencia para contratar los servicios de una empleada del hogar. La primera chica que llega es la perfección absoluta, está en todo, lleva a la pareja bien limpios, planchados, no les falta nada... vamos que mejor no se podía vivir; todo hasta que un día a esta empleada del hogar se le aparece una virgen que le dice que tiene que irse a la “conchinchina” a hacerse misionera. La pareja intenta en todo lo posible hacer que no se vaya... pero al final se acaba marchando (toda esta escena de la aparición de la virgen y demás de manera muy cómica).

Como la criada se fue antes de que acabase el contrato la agencia le buscó otra chica, pero esta era la antítesis: vaga, dejada, pasota, estaba viendo siempre la tele, no cogía los recados, no lavaba la ropa, no planchaba... y a todo esto la dueña de la casa a punto de dar a luz. Claro, a partir de aquí se crea una de las escenas más cómicas de la obra de teatro, en la que la dueña de la casa, como os podéis imaginar se pone de parto. Pero la empleada del hogar pasa olímpicamente de ella, primero porque están dando un culebrón en la tele, y segundo porque después están dando un concurso televisivo en el que hay participación desde los hogares. A todo esto que llega un taxista para llevarse a la dueña de la casa al hospital, pero también se engancha al concurso televisivo pasando de la parturienta. Quien también llega a la casa es el marido, pero en lugar de ayudar a su esposa también se pone a ver el concurso de la tele. Y si bien conocido es el refrán de “éramos pocos y parió la burra”, pues se dio la situación que apareció en escena la madre de la mujer de la casa; vamos que aquello parecía la escena del camarote de los hermanos Marx.
Al final la criada acaba ganando el concurso (un coche y un chalet en Benidorm) y los deja a todos tirados... al menos el matrimonio pudo irse al hospital para tener a su hija. Claro, ahora la familia estaba sin criada, y no se fiaban ni un pelo de la agencia después de la estafa que le habían hecho; así que quien se hizo cargo de la casa y la niña fueron la madre de la mujer y su criada de toda la vida. Pero si malas experiencias habían vivido con las dos anteriores criadas, con estas dos mujeres en casa la cosa iba a ser aún peor, creando escenas muy cómicas para el espectador, pero desesperantes para el dueño de la casa, que no le quedó más remedio que echar a la suegra y a su criada.

Pero aquí no se acaba la cosa, ya que la siguiente aparición es la de un mayordomo, que por una vez parece que lleva a la niña de maravilla, sabe llevar la casa... pero (siempre hay un pero) es un hombre un poco raro con su diccionario de lo insólito. Y más aún cuando vuelven a entrar en escena la suegra y la criada de la suegra. Total que más alborotos y líos hasta que acaban echando al mayordomo, pensando que era gay porque había ido su hermano a ducharse y todos lo confundieron con su pareja.

Y eso no es todo, ya que todo fue de mal en peor. La siguiente empleada del hogar fue una amiga de la criada de la suegra de religión musulmana. Así que ya os podéis imaginar como fue todo en cuanto esta mujer quiso imponer sus costumbres dentro de la casa; vamos que se acabaron los platos de paella, los buenos postres, la bebida. Todo eso cambió por cordero a todas horas, además que dentro de la casa no se podían llevar zapatos, las guarniciones de la comida siempre eran cous-cous, y los buenos postres eran sustituidos por dátiles y mucho té. Aunque el colmo llegó a la celebración del primer aniversario de la niña, cuando apareció el antiguo mayordomo con un jamón (auténtico) como regalo de cumpleaños. Cosa que hizo que la criada musulmana saliese por patas... y más o menos así finaliza la obra de teatro.

Para variar, como se ve que tengo fama en el grupo de teatro de que se me quedan en seguida los guiones, pues me tocó hacer el papel de marido (que mira tú que casualidad era el que más texto tenía... se ve que esto de debutar, o re-debutar en un escenario me toca el premio del personaje con más texto). También hay que decir que yo era el que más se adaptaba a ese papel, quiero decir que yo era el que encajaba mejor (ya que el marido era una persona joven y yo soy el más joven del grupo de teatro). Así que en un mes, o quizás un poco menos, conseguí aprenderme el papel. De movimientos por suerte no era una cosa muy complicada y se podía improvisar bastante, así que se puede decir que fue un papel muy fácil de aprender.

Y ya llegó por fin el gran día. Llevaba más de un año con unas ganas locas de interpretar, de subirme a un escenario y divertirme como un niño con su juguete preferido. He de decir que cuando llegué al teatro parecía que me iba de viaje con la maleta cargada hasta los topes, claro, al ser una obra de teatro en la que sucede en varios meses pues tenía que ir variando el vestuario (hasta cuatro veces me tuve que cambiar). Pero en fin que era el 5 de Junio y ya desde las 11 o las 12 de la mañana no paraba quieto por el teatro Joventut. De arriba abajo, de abajo arriba sin parar. Mis compañeros me preguntaban “¿Estás nervioso?” y yo no estaba para nada nervioso (aquellas épocas en las que no me atrevía a saltar a un escenario ya quedó atrás), estaba inquieto, impaciente, ilusionado porque volvía a pisar el escenario del teatro más famoso de Hospitalet de Llobregat.

Cuando menos cuenta me di, ya era la hora de la representación. He de decir que esta vez no pude hacer mi típico ritual de los saltitos, el mover la cabeza de un lado a otro y hacer del perro de la película de “Socios y sabuesos”; ya que en esta obra salía desde el público, vamos que empezaba la representación sentado en el patio de butacas. La gente que me conocía se quedó un poco flipando cuando me vieron allí sentado. Total que se encendieron los focos, cogí aire a fondo (ya que no podía hacer otra cosa) y a disfrutar, ya que esa era mi oportunidad, mi momento y disfruté de lo lindo; acabé muy cansado con tanto cambio de vestuario, pero disfruté.

La siguiente representación fue para Bellvitge, ya que por diversas circunstancias no la pudimos hacer en Gornal. Y esta representación de Bellvitge la hicimos reduciendo un poco de texto, ya que en la pasada representación la gente dijo que se le hizo un poco pesado, así que pegamos unos recortes por aquí y otros por allá (total eso ahora está de moda), y a representar... y he de decir que esta vez, con la sala llena hasta los topes y la gente riéndose, pues que voy a decir... que para un actor aficionado en cuanto escucha que la gente está disfrutando pues se crece y todo va sobre ruedas, se hacen añadidos, haces alguna pequeña improvisación... y también hasta se escapa una carcajada (con lo que hay que disimularlo). Pero todo eso se compensa al finalizar la obra de teatro y ver como el público te ovaciona y te felicita.

Después de Bellvitge tocó hacer la representación en el barrio de la Torrassa, para así cerrar el ciclo de actuaciones después de haber tenido un año sabático. Así que este año 2010 lo considero como mi vuelta a los escenarios, algo genial, y me di cuenta de que no puedo dejar las actuaciones, ya que como decía en mi anterior entrada notaba que me faltaba algo... y ese algo era actuar. Así que para el 2011 no me lo pensé ni una décima de segundo y dije que continuaba en el grupo de teatro sí o sí... y más aún cuando volveríamos otra vez a interpretar una obra de teatro de nuestro escritor favorito Hugo Daniel Marcos.

El reparto de “Ya tenemos chica” fue el siguiente: Marta: Inma Padilla; Julio: Raül Toril; García: Mágdalo Quiroz; Angustias: Olaya Lourdes Checa; Manuela: Ester González; Taxista: Quim Portero; Presentador: Mágdalo Quiroz; Venancia: Montse Ortiz; Flora: Feli Casado; Adriano: Carles Deixens; Primitivo: Domingo Moreno; Aixa: Matilde Urbano.

Astros y fuentes y flores,
no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

Rosalía de Castro.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Un año sabático... “Juegos prohibidos” 2009

Se puede decir que el año 2009 fue para mi un poco raro (hablando teatralmente). Como cada año, y el 2009 no podía ser menos, hubo nuevas incorporaciones, así como bajas. Fueron tres incorporaciones lo que hubo y una sola baja... y como ya decía al final de mi anterior entrada esa baja fue la mía. A eso me refiero a que el año 2009 (siempre hablando teatralmente) fue un año raro.

Claro, cuando uno tiene muchas obligaciones, no puede permitirse el lujo de hacer según que aficiones. Como prácticamente la mayoría de los lectores de este blog sabrán, el año 2009 fue el de mi boda. Así que con ese motivo tuve que decirle a Quim que me retiraba durante un tiempo de los escenarios... pero eso sí volvería, vamos! y tanto que volví. Quim lo comprendió perfectamente y me lo agradeció que lo hiciese así, ya que compaginar dos cosas a la vez pues al final llevaría a que las dos saliesen mal. Con lo que aunque me supo mal, lo asumí y en mi pequeña carrera teatral hice una pequeña pausa. 

Al principio se me empezó a hacer un poco raro el no tener que ir los lunes a ensayar, y a hacer un poco el payasete... pero como seguía estando vinculado al grupo de teatro, cuando me entraba un poco la nostalgia me pasaba por el local de ensayo a ver a mis antiguos, y en un año futuros, compañeros. Y así poder ver que obra de teatro estaban preparando. Ese año de mi ausencia decidieron dejar de lado la típica comedia de risa suelta y desmadrada de enredos, por una obra de teatro que para mi tenía mucha calidad, una obra de teatro en la que tenía sus toques de humor graciosos, sus toques duros de la realidad en la época franquista, y sus toques en los que a uno le tocaba bastante la fibra sensible (yo me incluyo entre ellos). Ahora me arrepiento de no haber podido interpretar esa obra de teatro, pero con todo no se puede y somos personas humanas. Ese año 2009 el Grup de Teatre Independent Gornal decidió interpretar una obra de teatro de Alberto Miralles titulada “Juegos prohibidos”.

Juegos prohibidos es una obra de teatro que está ambientada en la época franquista. Cuenta la historia desde el punto de vista de unos niños. Hay dos grupos de niños, tres niños y tres niñas; cada uno en sus respectivos colegios (los niños en una parte y las niñas en otra). Dichos colegios se comunicaban por unas galerías, con lo que todas las noches los tres niños y las tres niñas quedaban en las galerías para fumar y para contarse las historias, pues eso vistas desde un punto de vista infantil. Durante estas reuniones nocturnas es cuando se ven los momentos con más gracia de la obra de teatro; pero también es cuando salen a relucir temas que hoy en día no se podrían tolerar, pero por aquellos entonces a uno no le quedaba más remedio que tenerse que callar con el tema de los abusos; ya que quien hablase sufriría las consecuencias de un profesor falangista. Es el caso de una de las niñas (no aparece en ningún momento de la obra de teatro pero la mencionan) que sufre las gravísimas consecuencias. Aquí es cuando se vive uno de los momentos más fuertes (más que fuertes diría de esos en que te llega al fondo del alma y muchas lágrimas caen de los ojos de los espectadores). Los niños ya cansados de tanto abuso y de tanta represión franquista deciden tomar cartas en el asunto a su manera.

Los dos colegios hacen una representación teatral, y es ahí cuando deciden liarla parda. Los niños en medio de la representación se empiezan a salir del guión establecido para poder quejarse debidamente. La que se llega a liar es tremenda poniéndose la profesora monja alemana (evidentemente nazi) y el profesor falangista como las motos. Pero al menos a los seis niños se les escucho. Aunque después de ese incidente los seis niños ya no se volvieron a ver hasta pasados unos cuantos años en que ya no había dictadura y recuerdan con cierta nostalgia las “aventuras” que vivieron de niños. Al final de la obra los seis niños (ya no tan niños) después de recordar los viejos tiempos se despiden, ya que cada uno ha hecho su vida por su parte, pero no sin antes ponerse a cantar una canción de Cecilia que es Mi querida España, con lo que hace que todo el público ayude a cantar con algún resto de lágrimas en los ojos.

Yo tuve el privilegio (visto desde otro punto de vista) de poder ser un espectador de lujo al ver esta gran representación. Se puede decir que era la primera vez en la que veía una obra del Grup de Teatre Independent Gornal desde el patio de butacas. ¿Una sensación rara al ver a mis compañeros subidos en el escenario y yo sentado en una butaca? Pues sí, pero a la vez disfrutando como espectador; y también con cierta nostalgia pensando en que me hubiese gustado estar a mi también subido en ese escenario.

La primera representación de Juegos prohibidos, evidentemente se hizo como cada año en el Teatre Joventut el 13 de Junio de 2009, aunque a esa representación no pude asistir. Pero por lo que pude enterarme la gente salió muy satisfecha y emocionada. Lo mismo ocurrió en las representaciones de Gornal, Bellvitge y Centre Catòlic (representaciones a las que sí que pude asistir exceptuando la representación de Bellvitge). Como yo sé lo que se siente cuando acaba una obra de teatro y la gente empieza a aplaudir, yo no me corté al final de la obra de teatro y me puse a aplaudir como un loco y poniéndome de pie para dar mi muestra de agradecimiento.

Para la representación de Juegos prohibidos, los componentes del grupo de teatro tuvieron una colaboración especial, que al año siguiente sería incorporación fija. Como decía esta obra de teatro tuvo la suerte de tener música de fondo en directo del gran maestro y amigo mío Mágdalo Quiroz, al que también le picó el gusanillo de subirse a un escenario y junto con mi reincorporación fue una de las nuevas incorporaciones para el año 2010.

Y así se acabó el año 2009 conmigo siendo un espectador de lujo y con unas ganas tremendas que llegase el año 2010 para poder volverme a subir a un escenario, ya que las ganas eran tremendas. Creía que no me iba a pasar factura, pero durante el 2009 notaba como si algo me faltase y eso era el tener que representar. Así que en el año 2010 ya puedo decir que hubo altas y bajas; y una de esas altas era yo, y además fue una reincorporación con papel principal incluido. Vamos algo así como mi primera representación teatral. Pero eso es una cosa que ya explicaré en mi próxima entrada del blog.

El reparto de “Juegos prohibidos” fue el siguiente: Roberto Torre de Vega: Ester González; Donato Serrano: Quim Portero; Faustino Orvajosa: Montse Ortiz; Marisa Laredo: Olaya Lourdes Checa; Carmen Pérez de Vivanco: Cristina Gamica; Asunción Lejarreta: Inma Padilla; Padre Severiano: Roberto Gutiérrez; Sr. D. Cayetano Mazas: Domingo Moreno; Madre Hildegard: Feli Casado.

Si nada nos salva de la muerte
Que al menos el amor
Nos salve de la vida.

Pablo Neruda.

sábado, 13 de agosto de 2011

Otra vez Hugo Daniel Marcos... "Mi mujer es el fontanero" 2008

A partir del año 2008 ya sí que se podía decir que era un actor de teatro... aficionado, amateur (o como cada uno quiera interpretarlo) pero era y sigo siendo un actor.
La temporada 2007 nos dejó tres bajas pues por lo de siempre, alguien que tiene otro grupo de teatro y es muy difícil compaginar dos grupos de teatro a la vez; otra de las bajas fue por tema de estudios... también por el mismo tema de falta de compaginación. Y la última baja, como era de esperar, fue de la persona que nos dejó tirados en la pasada actuación de Gornal (ver entrada anterior). Pero bueno como cada año que hay bajas también hay nuevas incorporaciones; esta vez fueron tres nuevas incorporaciones (aunque dos de esas incorporaciones más bien se puede decir que eran regresos al grupo de teatro), con lo que volvíamos a ser otra vez siete actores, repartidos en tres chicos y cuatro chicas.
Así que como cada año ya tocaba volver a buscar obra de teatro... y después de mucho y mucho buscar (bueno leer un par de obras de teatro) decidimos volver otra vez a nuestro gran amigo de la risa y superrecurrente Hugo Daniel Marcos. Mucha gente pensará que es un autor que recurre al humor fácil y sencillo, puede ser, pero es un humor efectivo, que a lo mejor has tenido un mal día en el trabajo, o estás pasando por un momento de bajón emocional... ves una obra de teatro de este autor y al menos una sonrisa y muchas carcajadas se dibujan en tu cara.
Lo bueno que tiene Hugo Daniel Marcos es que a parte de hacer reír mucho también escribe obras de teatro en la que participan bastantes actores y que todos tienen su punto de protagonismo. Se podría decir que todos son protagonistas, hay alguna excepción en que alguno de los actores tenga un poco más de protagonismo, pero por norma general todos disfrutan más o menos del mismo rato subidos en el escenario; que al que le gusta actuar cuanto más rato está en escena más disfruta.
El caso es que recurrimos a este autor ya que todos estábamos de acuerdo, y la obra que escogimos fue “Mi mujer es el fontanero”.
Esta obra, como casi todas las de Hugo Daniel Marcos, está basada en los enredos, los malentendidos, las entradas y salidas, las confusiones, el “ay! Que lo va a pillar”. Y ésta pues no podía ser menos.
Esta obra de teatro trata sobre un hombre que hace un año que es viudo (Roberto), tiene una vecina, que es quien le ayudó a superar el mal trago del accidente en el que falleció su mujer (Maite). Roberto está intentando rehacer su vida, ya que tiene una relación con Leti. Pero todo se empieza a truncar cuando Roberto descubre que en el cuarto de baño se ha reventado una cañería, con lo que decide llamar a un fontanero (Daniel). Daniel es un fontanero todo macho él de pelo en el pecho y bastante rudo, vamos lo que se conoce coloquialmente como Macho Ibérico. Pero éste cuando está arreglando el reventón de la cañería sufre un cortocircuito y se electrocuta, con lo que queda frito en el suelo del escenario. Roberto, todo asustado decide llamar a Maite para que le eche un cable; pero en su camino en busca de Maite, Daniel, el rudo fontanero, ha despertado del shock, pero ya no es Daniel, sino Daniela, la mujer de Roberto que falleció en un accidente de coche...
A partir de aquí comienzan los líos, ya que cuando Roberto ve al fontanero casi le da algo porque creía que estaba muerto; pero claro, aquí no se acaba la cosa ya que Daniela (en el cuerpo del fontanero) se emociona mucho en cuanto ve a Roberto, cosa que hace que Roberto empiece a alucinar de todos los colores, ya que un fontanero le estaba explicando cosas íntimas de él y su mujer. A partir de aquí empiezan a suceder unas cuantas situaciones cómicas como Daniela viéndose con ropa de fontanero decide cambiarse y en algún momento sale con un vestido de mujer... aunque se pasa casi toda la obra de teatro con un camisón de verano enseñando todos los pelos de las piernas y el pecho.
Es en estos momentos cuando se empiezan a vivir las situaciones de confusión, ya que el portero del edificio (Chun-Li), no se cree lo que ve, un hombre que al principio es todo un macho ibérico y al cabo de un rato lo ve vestido de mujer “tonteando” con el dueño de la casa... pero aquí no se acaba la cosa. Ya que aparece en escena la novia de Roberto, y por si fuera poco también aparece la madre de Roberto. Con lo que ya os podéis imaginar la situación de la escena; enredos, líos, malentendidos, confusiones, uno entra por aquí, otro sale por allí. Y por si todo este meollo no fuera poco también apareció la actual mujer de Daniel (el auténtico fontanero) (Diana). Claro cuando Diana ve a Daniel (que en realidad es Daniela) con las vestimentas de mujer quiere una explicación. Pero Daniela no sabe ni siquiera quien es Diana, y Daniela le dice que está locamente enamorada de Roberto... con lo que otro embrollo más.
Al final Roberto consigue convencerse que aunque el cuerpo sea de un fontanero en realidad quien hay dentro es su mujer. Pero aquí no se acaba la historia ya que Daniela se va al cuarto de baño y vuelve a haber otro cortocircuito cogiéndole de lleno a ella... ¿y que pasó? Pues efectivamente, Daniela se volvió a transformar en Daniel, el fontanero bruto y macho, que en cuanto se vio con un camisón puesto no se lo podía llegar a creer y empezó a rabiar como una mona que casi despelleja a Roberto. Pero aún hay más, ya que apareció de nuevo en escena Diana, la mujer de Daniel, y aunque éste le diga que todo ha sido un malentendido y que lo han vestido así, Diana ya no quiere saber nada de Daniel y le pide el divorcio a Daniel; y por si no fuera poco volvió a aparecer por la casa Chun-Li, el portero, y empezó a ligar con Daniel. Con lo que ya os podéis imaginar el final de la obra de teatro, todos corriendo para arriba y para abajo.

Con todo este argumento, mucha gente ya se puede imaginar perfectamente que papel me tocó a mi. Ya viniendo de la experiencia de “Un mal día” en la que hacía de gay... y después de la experiencia de “Los Lisístratos” en la que prácticamente media obra de teatro me quedaba en calzoncillos; pues yo tenía todos los números para que me tocase hacer de fontanero. Eso sí yo encantado de volver a meterme en un papel afeminado. Así que esta vez no tuve ningún problema en el tema movimientos, expresiones y demás. Ya que con la experiencia vivida hacía un par de años cuando tenía que hacer de gay y que no había manera que me entrase el papel hasta justo dos días antes de estrenar la obra, pues vamos creo que ya voy a tener pluma a la hora de actuar para siempre. Por suerte en obras posteriores no se me ha encasillado en el mismo papel, sino que he ido haciendo otros papeles más normalitos.
Así que después de estar ensayando durante unos cuantos meses, y yo como siempre a las dos semanas ya me sabía el papel a la perfección, pues llegó el domingo 15 de Junio de 2008, día en que como siempre estrenábamos la obra de teatro en el teatre Joventut. He de decir que de esta representación no tengo muchos recuerdos, supongo que será porque eso de ir interpretando me dejaba más tranquilo o que, pero que la representación del Joventut la tengo un poco como una pequeña laguna. De lo poco que me acuerdo es de Quim, que hacía de Roberto, llevándome a rastras a la habitación porque me había electrocutado. Pero bueno, si no tengo recuerdos supongo que es porque la actuación fue normal, sin ninguna anécdota ni nada por el estilo.
De la representación que sí que me acuerdo perfectamente fue cuando a las dos semanas del Joventut la hicimos en el barrio del Gornal, para las fiestas de dicho barrio. Me acuerdo perfectamente porque de esa representación no es que tuviese muy buenos recuerdos. Ya que para empezar el escenario nos lo pusieron en medio de la rambla. Hasta ahí todo perfecto, así más gente nos vería. Pero los inconvenientes empezaron a salir al momento, ya que teníamos que llevar micro (estos que se colocan en la oreja y la petaca la llevas enganchada atrás) y eso es de lo más incómodo y más cuando se empieza a sudar por el efecto de los focos... pero esto no es todo, ya que había que añadir a todo esto el ruido ambiental, las atracciones, los niños correteando... Qué llevó todo esto? Pues a que no nos concentrásemos lo debido y empezásemos a tener cagadas por todas partes. Eso sí, me quedo con una cosa positiva de esta actuación, que fueron las carcajadas de bastante gente en cuanto me vieron con el camisón y toda mi pelambrera. Aún a día de hoy cuando me cruzo con alguno de estos vecinos me sigue haciendo coña.
Pero bueno, este estado de negativismo se contrarrestó para las fiestas de Bellvitge en que lo bordamos, y para variar volví a disfrutar como un niño subido en el escenario. Y cuando se disfruta de esta manera la obra de teatro va sobre ruedas y todo va genial.

Así que aquí se acabó la temporada teatral 2008, y como cada temporada, y año que se acaba hubo bajas, y una de esas bajas fue la mía... pero ya dije que solamente era una baja temporal, más que nada porque en 2009 me casaba y quería dedicar el año a hacer todos mis preparativos, pero eso sí, en 2010 volví, y la próxima entrada aunque no participase por ahí estaba yo, así que explicaré la obra de teatro de 2009.
El reparto de “Mi mujer es el fontanero” fue el siguiente: Roberto: Quim Portero; Leti: Olaya Lourdes Checa; Maite: Montse Ortiz; Daniel / Daniela: Raül Toril; Madre: Feli Casado; Chun-Li: Domingo Moreno; Diana: Ester González.

Cantando espero a la muerte
Que hay ruiseñores que cantan
Encima de los fusiles
Y en medio de las batallas.

Miguel Hernández.

viernes, 1 de julio de 2011

Consolidación teatral... "Los Lisístratos" 2007

Una vez acabada la temporada teatral 2006, me di cuenta de que esto de subirse a un escenario e interpretar un papel me encantaba. Hay gente que dice que hay que tener mucho valor para subirse a un escenario y que no se verían capaces de actuar; pero a quien le gusta el teatro lleva una cosa dentro del cuerpo, algo innato que te hace disfrutar y pasarlo en grande, es algo inexplicable… como quien es hábil para jugar a fútbol, o el que es amante de la fotografía; pues con el teatro pasa lo mismo, o vales o no vales. Así que después de mi primera actuación teatral decidí seguir en este fabuloso mundillo de la interpretación, y ya se puede decir que fue entonces cuando ya llegó mi consolidación teatral al interpretar la segunda obra de teatro.
Al igual que al fin de “Vodevil” hubo mucha gente que se marchó, después de la temporada de “Un mal día” hubo también unas cuantas deserciones, esta vez fueron seis personas las que dejaron el grupo de teatro, bien por cuestiones laborales, bien por cuestiones de estar en dos grupos de teatro a la vez (eso conllevaba a no poder estar en todos los ensayos), bien por cuestiones de desplazamiento, o bien por diferencias con otros compañeros. Esta vez en lugar de venir al grupo de teatro seis o siete personas sólo hubo una incorporación, así que para la temporada teatral de 2007 seríamos siete personas (cuatro chicas y tres chicos), en parte algo más fácil para poder buscar una obra de teatro, y también más fácil a la hora de concretar ensayos y poder quedar todos a la vez.
Con lo que después de estar leyendo varias obras de teatro y someterlo a una votación democrática nos quedamos con la nueva obra de teatro. Esta vez la obra elegida fue “Los Lisístratos” del autor Tomás Urtusástegui. Esta obra de teatro es más o menos una versión a la inversa de obra literaria “Lisístrata” de Aristófanes, que luego se hizo la versión cinematográfica dirigida por Francesc Bellmunt.
El argumento de la obra de teatro más o menos era el siguiente: Todo comenzaba siendo el mundo al revés; las mujeres dominaban a los hombres, vamos que los hombres eran unos auténticos calzonazos, tenían que ir a comprar, lavar, planchar… mientras que las mujeres vivían a cuerpo de reina. Todo esto ocurría mientras las mujeres se burlaban de los hombres de mala manera. Claro tanto abuso pudo con la paciencia de los hombres y decidieron hacer una revolución, y la revolución consistía en hacer una huelga de “pitos caídos” vamos que no practicarían sexo con las mujeres hasta que cambiase la situación, y que a partir de entonces ellos serían los claros dominadores de la situación. Pero claro, los pobres hombres no contaban con la presencia de la “matriarca”, vamos algo así como en un clan gitano el patriarca pues en este caso la matriarca.

Al ver que las tres mujeres no paran de lamentarse porque los hombres se han puesto de huelga, decide tomar cartas en el asunto y hace un conjuro (ya que dicha matriarca es una especie de meiga gallega) para que los hombres no vuelvan a tener el mástil bien erguido, vamos para el “pito” no conteste. A partir de este momento se empieza a suceder una situación bien cómica; los tres hombres se quedan en calzoncillos en medio del escenario, con los pantalones por los tobillos y hablándoles a sus “pitos” para que éstos reaccionen. Al principio las mujeres se lo toman en grande, haciendo gestos de mofa y burla ante la desesperación de los hombres… pero viendo que la cosa no cambia, las mujeres se empiezan a preocupar al ver que nunca más podrán volver a “jugar” con sus maridos, con lo que la cosa ya no es tan divertida.
En esta obra de teatro, evidentemente, yo interpretaba el papel de uno de los maridos. Para este caso los tres hombres teníamos que tener más o menos la misma actitud, al principio tener una actitud de calzonazos, luego la de dominante… esta pudo ser una de las más divertidas ya que es cuando más se interpreta, y ya que como se hacen cosas que uno no está acostumbrado a hacerlo en la “vida normal”, pues quizás es más divertido… y como no, la situación de quedarse en calzoncillos pues es lo más divertido de todo.
Hay que decir que los ensayos para esta obra fueron bastante bien con lo que llegamos a tiempo para poder hacer una buena interpretación. Así que llegó el 16 de Junio de 2007, y con eso el momento del estreno, como no en el Teatre Joventut (como viene siendo habitual todos los años, ya que aprovechamos la “Mostra de teatre aficionat” para estrenar cada año la obra de teatro), pero esta vez yo no estaba ni con nervios, ni con ganas de actuar. Ese día se puede decir que no estaba bien anímicamente, vamos que eran uno de esos días en los que estaba de bajón, y lo que menos ganas tenía ese Sábado de Junio era subirme a un escenario a interpretar; pero como dice la canción de Queen “The show must go on”. Este es el sino de los actores, que por “x” o por “y” hay que actuar. Así que llegó el momento de la actuación, con lo que por un par de horas me olvidé por completo de mi estado anímico y me centré única y exclusivamente en mi interpretación. Con lo que instantes antes de mi salida a escenario hice mi típico ritual de los saltitos, mover el cuello de un lado a otro y “hacer del perro de Socios y sabuesos”.
La obra de teatro salió bastante bien, y eso que nos comimos como dos o tres páginas, pero como bien dice nuestro honorable director Quim, como el espectador no sabe de qué va la obra pues no se da cuenta de los saltos de página.
Después la actuación en el Joventut tocaba actuar para las fiestas de Gornal (a las dos semanas de la primera interpretación), pero esa función la tuvimos que suspender y hacer un espectáculo alternativo porque una de las compañeras dijo que se había puesto seis implantes y que no podía medir palabra… ¬¬. Sinceramente y no quiero entrar en polémica, a mi más bien me pareció una excusa para no actuar en Gornal, ya que a la chica no le haría gracia, o no tendría ganas y puso esa excusa. A mi no es que me hiciese demasiada gracia dicha suspensión. En su lugar tuvimos que hacer un espectáculo alternativo basado en unos monólogos y alguna actuación de transformismo. La cosa fue entretenida… pero ya no era lo mismo. Tengo que decir también que esta persona fue la implicada en el anterior año en el roce con la otra compañera que dejó el grupo de teatro… pero bueno, dejemos esos malos capítulos y me centro en mi experiencia.
Después de tanta “tensión” y desilusión vivida lo mejor que podía pasar era que llegase el verano y tomarse un descanso durante los meses de Julio y de Agosto para así poder llegar con las pilas cargadas y al 100% para la representación en Bellvitge, que era lo que realmente importaba. Y así fue, la representación para las fiestas de Bellvitge en el Centro Cultural fue genial, no hubo ninguna laguna, no nos comimos páginas y lo más importante de todo, que yo vi como todos estábamos disfrutando como niños.

En esta representación he de decir que viví una nueva experiencia, que a la vez que es divertida, se pasa un mal rato, que es que te entre la risa en medio de una actuación. La obra de teatro estaba transcurriendo con total normalidad, hasta que llegó el momento en que los hombres se revolucionan. La que hacía de mi mujer me hizo el gesto de que me iba a degollar pasándose el dedo por el cuello (eso en un principio no estaba escrito en el guión, con lo que fue una improvisación para darle más ánimo a la interpretación), así que yo ni corto ni perezoso siguiendo con la improvisación de la interpretación de dediqué una “peineta”. En buena hora se me ocurrió hacerlo, ya que a mi compañera le entró la risa, me la pegó a mí, con lo que ya no pude parar y hasta tuve que dar la espalda unos segundos al público porque me estaba descojonando. Fue un momento muy cómico pero a la vez también incómodo.
Una vez ya acabada la interpretación de Bellvitge ya sólo nos quedaba una representación. Ésta fue en el centro cultural de “Les Bóbiles”. Para no perder la rutina en esta representación nos volvimos a comer como tres o cuatro páginas… pero como ya he dicho unas cuantas líneas más arriba, como el público no sabe el argumento de la obra no se da cuenta.
Así que ya puedo decir que a partir de representar esta segunda obra de teatro, me he consolidado en el mundo del teatro. Todavía me quedaría un mundo por aprender, pero lo importante era disfrutar y cada día estar más a gusto subido a un escenario.
El reparto de “Los Lisístratos” fue el siguiente: Antonio: Raül Toril; Mariana: Sara Collado; Doña Asunción: Ester González; Jacinto: Quim Portero; Altagracia: Marisa Nogueira; Pedro: Rafa Boluda; Patricia: Olaya Lourdes Checa.

Desde que estoy ausente
no se sinó soñar.
Igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Miguel Hernández.

sábado, 11 de junio de 2011

Debut teatral... "Un mal día" 2006

Después de la obra de teatro de “Vodevil”, hubo una desbandada general de compañeros. De los doce actores (sin incluirme a mi) sólo se quedaron cinco. Algunos se fueron por cuestiones laborales, otros por tomarse un pequeño descanso, otros porque se iban a vivir lejos y alguno que otro por los “malos rollos” que en los pasados ensayos se llegaron a originar.
Pero bueno, las marchas también dieron lugar a nuevas llegadas, nada menos que siete (yo también me incluyo en esa nueva llegada, ya que esta vez sí que tendría mi papel). Así que tocaba buscar una obra de teatro en la que apareciesen doce personajes de nuevo; y dio la casualidad que se encontró una obra de teatro del mismo autor que “Vodevil”, Hugo Daniel Marcos (en siguientes entradas que iré haciendo en este blog, se verá que es un autor muy recurrido). En este caso la obra escogida fue “Un mal día”, una comedia desmadrada de enredos líos y malentendidos.

El argumento de esta obra en sí trataba de un escritor que recibía la inesperada visita de un amigo suyo muy peculiar, que llega a su casa vestido de cura, ya que Juan (el protagonista escritor) había escrito un guión para una película. Pepito, el amigo de Juan, llega a casa de Juan disfrazado de cura dispuesto a representar un papel en la película de Juan; pero es que además Pepito había llegado a casa de Juan con el fin de quedarse porque se había peleado con su novio. A partir de aquí empiezan a aparecer personajes por la casa de Juan, confundiendo a Pepito con un cura de verdad. Luego aparece Paola (Pepito la confunde con la novia de Juan) y se toma unas pastillas que la dejan medio muerta. Pero hay otro personaje, Claudia, que es clavadita a Paola, con lo que dará paso a más de un malentendido... también está Carlota (la suegra de Juan) y Estefanía, dos mujeres bastante feministas que les gusta bastante darle a la bebida. Por si no faltaba poco con todo el meollo todos los ocupantes de la casa reciben la visita inesperada de un par de ladrones bastante peculiares. Por suerte al final llega la policía y lo resuelve todo. Más o menos ese era el argumento de la obra de teatro.
Al principio yo tenía que hacer el papel de ladrón tonto (había un ladrón listo y uno tonto) yo ya me lo estaba preparando e incluso me había ambientado en dos papeles de Gabino Diego, uno el de “Cuco” en Torrente 2  y el otro en un personaje que Gabino Diego se inventó en su monólogo Una noche con Gabino, que era el personaje de Jimmy Rumay. Pero por ciertas circunstancias quien tenía que hacer de Pepito dejó el grupo de teatro y dicho papel pasó a mis manos... vamos que de ser un personaje con un papel cortito de cuatro o cinco páginas pasé a ser prácticamente el personaje principal y además en mi primera obra de teatro (lo de “Vodevil 2005” no lo cuento ya que me encargaba de las luces y los sonidos, y sólo salía en el saludo).
Al principio cuando vi el montón de páginas que me tenía que aprender, dudé en si sería capaz de poderme aprender tanto... pero fue entonces cuando descubrí una cualidad innata que tenía dentro de mi. Parecía ser que mis textos me los memorizaba en seguida, y se puede decir que en dos semanas ya me sabía todas las frases que tenía que decir, así que sólo me tenía que concentrar en la interpretación y aquí vino lo peor de todo, ya que mi papel era de gay, pero gay de estos típicos de las películas españolas de los años 60 y 70... vamos, un gay con pluma. Y eso fue lo peor, que no había manera de hacer todos los movimientos “amariconados” (con perdón). Ensayo tras ensayo desde el director, Quim, hasta el último compañero intentándome echar una mano en hacer los gestos, los andares, las posiciones... pero nada, no había manera, los gestos y posiciones aún conseguía hacerlos, pero lo que eran los andares no había manera. Yo día tras día, por el pasillo de casa intentando hacer andares con “pluma”, para poder hacerlo lo mejor posible... pero me costaba un mundo conseguirlo.
Faltaba una semana para el estreno, estábamos con los nervios del estreno, los últimos ensayos, retocando ciertos puntos del guión... y mis andares sin conseguirlos aún. Me ponía a caminar, y más que “pluma” parecía que fuese un atleta de marcha atlética.
Quim estaba ya desesperado porque no había manera que me saliesen los andares... hasta que no se quien me dijo algo así como: “Raül, tu te tienes que poner a caminar como si tuvieses tetas y estás muy orgulloso de tenerlas”. Yo lo intenté hacer, me imaginé que tenía tetas y además estaba orgulloso de tenerlas, y pasó lo más increíble, que me empezaron a salir los andares de “pluma”. Todavía no me lo llegaba a creer, y menos aún Quim, que ya estaba al borde de la desesperación... y a mi no se me ocurrió otra cosa que decir: “Habérmelo dicho antes que me tenía que imaginar que tenía tetas”, así hubiese sido mucho más fácil.

Y ya por fin llegó el gran día, 16 de Junio de 2006, había venido un montón de gente a verme, entre esa gente mis padres, mi novia, los padres de mi novia, amigos, compañeros y excompañeros de trabajo. Y ahí estaba yo entre cametas esperando que fuese mi hora de salir; el momento se acercaba y empezaba a sentir un cosquilleo por el estómago, el corazón se me puso a latir a 100 o a 200... pegué tres saltitos, moví el cuello de un lado a otro, hice de perro de “Socios y sabuesos”, una respiración profunda y directo al escenario. Mi primera sensación fue cegadora con los focos dándome de cara, en parte un favor porque así no veía las caras de la gente; pero en seguida me olvidé de la presencia del público y me centré en actuar. En ese momento se fueron todos los nervios y yo empecé a disfrutar como un niño, a pasármelo en grande, y cuanto más se reía la gente mejor me lo estaba pasando. En los momentos en los que estaba fuera de escenario igualmente me estaba divirtiendo muchísimo, estaba la mar de tranquilo... y así transcurrió toda la obra de teatro, risas por un lado, yo dándolo todo con mis andares y mis gestos. Así hasta el final de la obra de teatro cuando llegó el saludo. La música de Rocky comenzó a sonar y fueron saliendo los compañeros uno tras otros con sus debidas ovaciones. A mi me dejaron para que fuese el último en saludar, y cuando llegó mi momento aún no me cuesta asimilar esa experiencia; el público empezó a ponerse de pie, a gritar más y a aplaudir más fuerte. Yo me sentía como en un sueño, no me lo podía creer y hasta se me saltaron las lágrimas de la sensación vivida. Era mi primera obra de teatro, además tenía el papel principal, y según la gente lo bordé. Lo disfruté al máximo.

Ese día me iba a la cama alrededor de las dos de la madrugada y he de asegurar que aún estando en la cama no paraba de recordar toda la experiencia vivida y me costó bastante poderme dormir.
Después de la actuación en el Joventut tocó hacerlo para las fiestas de Gornal. En el día previo a la representación se vivió un capítulo algo negativo. Hubo un roce bastante fuerte entre dos compañeras y Quim tuvo que tomar cartas en el asunto. Una de las compañeras dijo que por no dejarnos tirados actuaría en Gornal, pero que ya no iba a actuar más.
A parte de este capítulo negativo, de la representación decir que no se como nos pudo salir bien, ya que estábamos en un espacio muy pequeño y no sabíamos donde colocarnos cuando no estábamos en escena, y a todo esto había que sumar que yo estaba padeciendo de lumbalgia y ciática... pero aún así conseguimos hacerlo y salió bien.
Las dos últimas actuaciones de “Un mal día” fueron en las fiestas de Bellvitge, y luego por Octubre en el centro cultural de Santa Eulalia.

Así que esta fue mi primera actuación verdadera. Yo ni me lo esperaba que tendría un papel principal y mucho menos que me saliese tan bien; con lo que ya estaba esperando como loco para poder volver a actuar.
El reparto de “Un mal día” fue. Juan: Iván Boada; Ramona: Esther González; Pepito: Raül Toril; Paola: Marisa Medina; Roberto: Domingo Moreno; Celeste: Sara Prados; José: Quim Portero; Claudia: Marisa Medina; Carlota: María José Ramos; Estefanía: Olaya Lourdes Checa; Ladrón 1: Marisa Nogueira; Ladrón 2: Rafa Boluda; Policía: Amanda Fernández / Óscar Boix.

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Federico García Lorca.

sábado, 4 de junio de 2011

Inicio teatral... "Vodevil" 2005

Es curioso, pero precisamente, la obra de teatro que se estrenará el 12 de Junio en el Joventut, precisamente es "Vodevil" justo la obra que se estaba ensayando cuando yo entré en el Grup de Teatre Independent Gornal.
Como ya publicaba en la anterior entrada, después del 2º Sismonòleg decidí ponerme en contacto con Quim Portero para entrar en el Grup de Teatre Independent Gornal. Quim me dijo que el ensayo estaba bastante avanzado, con lo que no tenía ningún papel para darme, pero que si quería podía ir a los ensayos a ver como los hacían. Así que como disponía de bastante tiempo libre por aquel entonces decidí ir a los ensayos. La acogida que tuve fue genial, todos me aceptaron a la primera... además de cara al estreno les iría de coña ya que como no tenían a nadie que se encargase de las luces y los sonidos decidieron cogerme a mi. Lo mismo que fui un comodín perfecto a la hora de los ensayos, porque por aquel entonces rara era la vez que se conseguía hacer un ensayo con toda la gente; siempre había alguno que faltaba, alguien que se tenía que ir antes de tiempo, o bien alguien que tardaba media hora o más en llegar a los ensayos... vamos que se puede decir que yo sin tener papel y por querer aprender era siempre puntual y ahí estaba en primera fila. Esto Quim me lo agradeció (y parte del elenco también) diciéndome que el día de la obra de teatro tendría que salir al menos a saludar yo también; así que cuando se ensayó el saludo (porque este grupo de teatro es lo que tiene, que ensaya la obra y luego el saludo también), ahí estaba yo haciendo mis primeros ensayos teatrales.
Pero bueno, me remitiré solamente a mi experiencia vivida, que es lo importante de este blog. A mediados de Junio de 2005 se estrenó "Vodevil" en el Teatre Joventut, y eso para mi fue una pasada. Había estado varias veces en ese teatro, pero viendo funciones (como al gran Pepe Rubianes, o al mismísimo Gabino Diego); así que esa era la primera vez que me metía en las entrañas de un teatro, viendo los camerinos, subiendo y bajando escaleras por todas partes... vamos disfrutando como un niño; y he de decir que un teatro visto "por dentro" es una pasada con la de pasadizos y accesos que hay al escenario. Mi sitio estaba arriba en la sala técnica, que todo hay que decir que aunque aquello estaba de coña, no tuve una gran experiencia, pero más que nada por culpa de los técnicos, que pasaban olímpicamente de la función y durante la obra de teatro se dedicaron a beber cervezas y fumarse algún que otro porro.
Una vez ya en el teatro y con todas las cosas montadas se decidió hacer un ensayo general para ver como estaba todo... y bueno el ensayo salió... salió... vamos que el ensayo general salió fatal, algunos equivocándose, otros saliendo por donde no tenían que salir, otros tapándose. Así que uno se tuvo que abrazar a todos los santos y hacer una santa oración.
He de decir que hubo una cosa que me sorprendió bastante en esta nueva experiencia, era que todos iban maquillados, pero además con unos maquillajes un poco exagerados para así poder contrarrestar el efecto de los focos, que se comen mucho el color... pero claro la sorpresa llegó cuando me dijeron que yo también me tenía que maquillar, que como iba a salir a saludar, pues eso tenía que maquillarme. Yo me negué completamente (ahora ya lo tengo más que asumido), pero no hubo manera... aunque fuese sólo para un par de minutos mi cara también estaba maquillada como el resto de actores y actrices.
Cuando se apagaron las luces y subió el telón la cosa cambió por completo, todos se concentraron al máximo y la función empezó a ir sobre ruedas, la gente se lo estaba pasando en grande, los compañeros lo estaban haciendo de coña, yo aunque no actuase estaba disfrutando un montón con las lucecitas y los sonidos y viendo la obra de teatro en un lugar privilegiado, sin cabezas que me estorbasen y sin la típica maruja comentando la obra de teatro con el de al lado. Todo fue bien hasta la hora del saludo, que yo dejé los mandos de sonido e iluminación; y con los técnicos algo más contentos de la cuenta pues empezaron a salir los errores.

Todo comenzó cuando empezó a sonar la música del saludo y no se había bajado el telón aún, yo por los auriculares que hay entre cametas que dan comunicación con la sala de mandos pegando voces para que lo hiciesen bien (y eso que en su momento se lo expliqué como tres o cuatro veces), mientras tanto Quim pegando botes en medio del escenario y dando gritos a los técnicos para que bajasen el telón y quitasen la música; y mientras tanto el público riéndose y aplaudiendo más aún.
Al final después de tanto grito y desesperación, y que uno de los compañeros decía que pasaba de saludar, la cosa salió bien, se hizo el saludo y el público acabó dándonos una ovación (ya que la gente se creyó que todo formaba parte de la actuación). Y ahora ya sí que podía decir que había debutado en un teatro delante de un montón de gente... sólo fue para saludar, pero me subí a un escenario.
Después del Joventut, tocó hacer la obra de teatro para las fiestas de Gornal (finales de Junio o principios de Julio). Yo ahí con la lección del Joventut aprendida, nada más ver al técnico ya le expliqué bien todo el procedimiento, y así a última hora no tener ningún problema, con lo que la obra esta vez fue perfecta, y a la hora del saludo no hubo ningún problema.
Luego llegó el descanso vacacional, ya no haríamos la obra de teatro hasta Septiembre en las fiestas de Bellvitge... he de decir que para esta actuación estuve casi a punto de salir a actuar, ya que uno de los compañeros desapareció del mapa hasta cinco minutos antes que empezase la obra, yo por mi parte suerte que de todos los ensayos y en éstos sustituir a uno y a otro me sabía perfectamente ese papel.
Por ese motivo y por otras circunstancias, se llegó a debatir para la siguiente actuación (centro cultural Collblanc-La Torrassa en Noviembre) si este compañero haría el papel o no. Si no lo hacía era yo quien tendría que actuar para finales de Noviembre en el mismo escenario donde unos meses antes estuve participando en mi primer concurso de monólogos. Después de debatir y someterlo a votación incluso, se llegó a la conclusión que para una sola representación que quedaba de esta obra ya lo hacía él dicho papel. Yo, por raro que parezca también boté que era él quien tenía que hacer el papel.

Así que esta fue mi primera experiencia teatral, una experiencia única (aunque a veces llegué a medio desesperarme, pero luego lo pienso y me río incluso) y que una vez te subes a un escenario ya no te quieres bajar. Por aquel entonces el elenco era. Irene/Verónica: Lourdes; Guadalupe/Susana: Vanesa; Martín/Juan: Quim; Sofia/Ángeles: Esther; Mario/Eusebio: Dávil; Carlos/César: Óscar; Edith/Mónica: Mari; Esteban/Damián: Iván; Ángeles/Eleonora: Montse; Productor: Sergi; Grace: Amanda; Apuntadora muda: Vero.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio Machado.

domingo, 29 de mayo de 2011

Los inicios

Bueno, esta es la primera vez que me dedico a hacer un blog... llevaba ya tiempo queriendo ponerme a escribirlo, pero entre una cosa y otra lo voy dejando y al final no escribo nada. Así que ya por fin he decidido a ponerme a escribir unas cuantas líneas; y que mejor que ponerme a escribir de teatro, ya que me hice mi propia cuenta de facebook de teatro, pues también he decidido a ponerme a contar mis experiencias teatrales desde que empecé hasta el presente. Con lo que comenzaré a explicar mis inicios, desde que me di cuenta que me gustaba esto de actuar.

Todo comenzó hará unos diez años, más o menos por el mes de Marzo del año 2001. Se acercaba el cumpleaños de mi hermana (por aquel entonces cumplía 30, yo tenía 21) y mi cuñado le estaba preparando una fiesta sorpresa, con lo que me dijo que podría prepararle algo diferente, algo que fuese gracioso, que como me gustaba eso de escribir pues que me preparase algo. Así que tenía poco menos de un mes para preparar algo (actualmente en el grupo de teatro que estoy somos capaces de preparar una obra de teatro en dos semanas). Mi loca cabeza se puso a pensar y mi mano izquierda a escribir, con lo que cuando menos me lo pensé tenía dos o tres hojas escritas con un pequeño monólogo. En aquel monólogo hablaba sobre los cumpleaños... empezando por las fiestas montadas desde niños con las merendolas hasta cuando uno ya es adulto y hace fiestas hasta altas horas de la madrugada... además de todo tipo personajes que te puedes encontrar en estas fiestas.
Pero claro, todo esto era una sorpresa, ya que en un principio tenía que dar la sensación de típico discurso aburrido y luego irme desmadrando.
Con lo que llegó ya por fin el día clave (era a principios de Abril de 2001), y habíamos quedado todos en un bar/restaurante que está justo enfrente del parque de "Can Mercader". Yo estaba que me subía por las paredes de los nervios que tenía. Nunca antes me había puesto a actuar en público, y como mucha gente puede dar fé yo era bastante tímido. Vale que solamente estaban los amigos y amigas de mi hermana y unos cuantos primos míos. Pero la primera actuación en público siempre será la primera actuación en público.
Así que llegó mi momento (ahora mismo lo recuerdo como si fuese ayer), se me hizo un hueco, me saqué los dos o tres folios del bolsillo del pantalón y me preparé a dar mi discurso a lo "Fidel Castro". Las manos me temblaban, la voz se me entrecortaba... cuando mi cuñado me empezó a hacer gestos de que subiese la voz; con lo que no me lo pensé dos veces, me armé de valor y comencé a actuar (yo lo tenía todo previsto pero todo el mundo se creyó que estaba improvisando), tiré los papeles por ahí y dije algo así "que leches, a la mierda con el discurso..." y fue cuando empecé a disfrutar, me salió un torrente de voz, se me fueron todos los nervios, y lo mejor de todo, me lo estaba pasando en grande. Total que ahí estaba yo hablando de las merendolas de niño, cuando nos comíamos los bocadillos de pan bimbo cortados a triángulos, mojando las patatas fritas en coca-cola, y poniéndonos las manos naranjas por culpa de los ganchitos.
Cuando acabé a todo el mundo le encantó, hasta había algunos que decían que me tenía que presentar al club de la comedia (pero yo me he dado cuenta que yo con los monólogos lo hago solamente para hacer pasar un buen rato a la gente, no para concursar, demasiada presión - aunque eso ya lo contaré en otro capítulo)

Así que esa fue mi primera representación en público, en una salita de un bar/restaurante, delante de los amigos y amigas de mi hermana y delante de mis primos... y ya no volví a tener una "actuación" hasta el año 2004.

En esos tres años no me había surgido nada para poder preparar algo, pero fue un sábado por la manaña cuando todo cambió. Yo me acababa de levantar y mi hermano estaba en el sofá leyendo el periódico gratuito de l'Hospitalet, cuando al verme aparecer por el comedor con mi cara de sueño me dice "a ti no te gusta hacer monólogos?" y yo claro le respondí afirmativamente; y fue en aquel momento cuando surgió mi oportunidad, ya que en dicho periódico había un anuncio del "Sismonòleg", una maratón de monólogos donde todo el mundo podía participar contando sus historias... y lo mejor de todo que no era concurso. Así que llamé al teléfono que salía, pregunté por un tal Quim Portero, y me dijo todo lo que tenía que hacer para participar. En esos momentos mi cabeza loca volvió otra vez a funcionar, esta vez me perdí por el parque de Collserola para empezar a escribir y no parar. Me estuve un montón de rato, pero conseguí preparar un monólogo de unos diez minutos. Esta vez hablaba de las experiencias vividas en una boda (aunque ya le dedicaré otro capítulo en este blog a los monólogos). Y yo no me lo pensé dos veces y empecé a avisar a gente; a mis amigos, a algunos amigos de mis amigos, a mis primos, a mis hermanos, a mis padres, hasta a la chica que me gustaba por aquel entonces.
Pero cuando llegó el momento me entró el acojone, y a falta de poco para irme hacia el Centro Cívico de Gornal dije que no iba... que estaba muy nervioso y que no iba; y eso que un amigo ya estaba esperando abajo con el coche para llevarme. Y aquí volvió a aparecer mi hermano y me dijo "como no vas a ir si te has vuelto loco avisando a la gente y ahora no les puedes dejar tirados", hay que ver que sabio es mi hermano y lo que me hizo reaccionar.
Ya os podéis imaginar lo nervioso que estaba, no paraba; si estaba sentado en la silla la pierna parecía la atracción de la rana loca, si estaba de pie podía hacer la maratón en tiempo récord. Pero bueno, ya no había vuelta atrás, llegó el momento, me presentaron y ahora sí, me subía a un escenario por primera vez. El pulso me temblaba una barbaridad, pero le eché un par...... y venga a por todas. Y me pasó lo mismo que tres años atrás, empecé a disfrutar como un niño con un juguete nuevo.

Así que esa fue mi primera actuación en un escenario y con público ajeno a mi entorno. Me gustó tanto la experiencia, que al año siguiente el "Sismonòleg" se volvió a celebrar. Y esta vez me volví a apuntar, pero esta segunda vez ya fue mucho mejor, más suelto, no tan nervioso... pero eso sí disfrutando.
Luego me enteré que Quim Portero (el organizador del "Sismonòleg") llevaba un grupo de teatro, y yo como había disfrutado tanto y esto veía que me gustaba, decidí decirle si yo podía estar también en ese grupo de teatro, y él me dijo que por supuesto pero que para la obra de teatro que estaban preparando ya la tenían avanzada y que no podría actuar. Me daba igual, pero yo fui yendo a los ensayos.

Y así fue como empezó mi "vida teatral" hasta el día de hoy. En posteriores publicaciones iré explicando las diferentes obras de teatro que he ido haciendo y demás "actuaciones". Así que nos vemos en la siguiente publicación.

Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!
Rima XXIII de Gustavo Adolfo Bécquer.