domingo, 13 de noviembre de 2011

Vuelta a los escenarios... “Ya tenemos chica” 2010

Ya por fin llegó el años 2010, yo ya había cumplido con mis compromisos matrimoniales y tenía unas ganas locas de volver a pisar un escenario, no os podéis imaginar la escenariodependencia que tenía... un año entero sin hacer una obra de teatro larga (hice la interpretación de la obra de teatro de Navidad y los monólogos, pero eso ya lo iré contando en futuras entradas). Como iba diciendo, en cuanto acabó la temporada teatral 2009 yo me fui como un loco a decirle a Quim que volvía a los escenarios, que ya no aguantaba más sin poder actuar; cosa que al resto de compañeros les hizo ilusión verme de nuevo por ahí. Claro el año 2010, como en todos los años, hubo nuevas incorporaciones y gente que decidió dejar el grupo de teatro por traslados. Este año sólo hubo dos bajas y cuatro incorporaciones (una de esas incorporaciones se puede decir que es mi reincorporación); con lo que en total éramos once actores, divididos en seis mujeres y cinco hombres.

Así que como todos los años tocó ponerse a buscar una obra de teatro que se adaptase a todos los que éramos y que nos gustase a todos y estuviésemos de acuerdo. Se estuvieron mirando varias obras, pero o bien no se adaptaba a los personajes que éramos o bien eran unas obras de teatro un poco pesadas, o no estábamos conformes. Se planteó la idea de repetir alguna obra de teatro, pero no cuajó esa idea; también se planteó la idea de volver a nuestro autor preferido (Hugo Daniel Marcos). Llegamos a ver alguna obra, pero decidimos no hacerla, para así no encasillarnos en la comedia fácil y desmadrada. Con lo que después de mucho buscar y mucho debate conseguimos ponernos de acuerdo y nos decantamos por una comedia basada en los años 90 en Madrid titulada “Ya tenemos chica” de Juan José Alonso Millán.

Como acabo de decir justo ahora “Ya tenemos chica” se ambienta a principios de la década de los 90 en un buen barrio madrileño situado al lado del paseo de la Castellana. El argumento de esta obra teatral va de una pareja recién casada, bien situada que decide buscar una agencia para contratar los servicios de una empleada del hogar. La primera chica que llega es la perfección absoluta, está en todo, lleva a la pareja bien limpios, planchados, no les falta nada... vamos que mejor no se podía vivir; todo hasta que un día a esta empleada del hogar se le aparece una virgen que le dice que tiene que irse a la “conchinchina” a hacerse misionera. La pareja intenta en todo lo posible hacer que no se vaya... pero al final se acaba marchando (toda esta escena de la aparición de la virgen y demás de manera muy cómica).

Como la criada se fue antes de que acabase el contrato la agencia le buscó otra chica, pero esta era la antítesis: vaga, dejada, pasota, estaba viendo siempre la tele, no cogía los recados, no lavaba la ropa, no planchaba... y a todo esto la dueña de la casa a punto de dar a luz. Claro, a partir de aquí se crea una de las escenas más cómicas de la obra de teatro, en la que la dueña de la casa, como os podéis imaginar se pone de parto. Pero la empleada del hogar pasa olímpicamente de ella, primero porque están dando un culebrón en la tele, y segundo porque después están dando un concurso televisivo en el que hay participación desde los hogares. A todo esto que llega un taxista para llevarse a la dueña de la casa al hospital, pero también se engancha al concurso televisivo pasando de la parturienta. Quien también llega a la casa es el marido, pero en lugar de ayudar a su esposa también se pone a ver el concurso de la tele. Y si bien conocido es el refrán de “éramos pocos y parió la burra”, pues se dio la situación que apareció en escena la madre de la mujer de la casa; vamos que aquello parecía la escena del camarote de los hermanos Marx.
Al final la criada acaba ganando el concurso (un coche y un chalet en Benidorm) y los deja a todos tirados... al menos el matrimonio pudo irse al hospital para tener a su hija. Claro, ahora la familia estaba sin criada, y no se fiaban ni un pelo de la agencia después de la estafa que le habían hecho; así que quien se hizo cargo de la casa y la niña fueron la madre de la mujer y su criada de toda la vida. Pero si malas experiencias habían vivido con las dos anteriores criadas, con estas dos mujeres en casa la cosa iba a ser aún peor, creando escenas muy cómicas para el espectador, pero desesperantes para el dueño de la casa, que no le quedó más remedio que echar a la suegra y a su criada.

Pero aquí no se acaba la cosa, ya que la siguiente aparición es la de un mayordomo, que por una vez parece que lleva a la niña de maravilla, sabe llevar la casa... pero (siempre hay un pero) es un hombre un poco raro con su diccionario de lo insólito. Y más aún cuando vuelven a entrar en escena la suegra y la criada de la suegra. Total que más alborotos y líos hasta que acaban echando al mayordomo, pensando que era gay porque había ido su hermano a ducharse y todos lo confundieron con su pareja.

Y eso no es todo, ya que todo fue de mal en peor. La siguiente empleada del hogar fue una amiga de la criada de la suegra de religión musulmana. Así que ya os podéis imaginar como fue todo en cuanto esta mujer quiso imponer sus costumbres dentro de la casa; vamos que se acabaron los platos de paella, los buenos postres, la bebida. Todo eso cambió por cordero a todas horas, además que dentro de la casa no se podían llevar zapatos, las guarniciones de la comida siempre eran cous-cous, y los buenos postres eran sustituidos por dátiles y mucho té. Aunque el colmo llegó a la celebración del primer aniversario de la niña, cuando apareció el antiguo mayordomo con un jamón (auténtico) como regalo de cumpleaños. Cosa que hizo que la criada musulmana saliese por patas... y más o menos así finaliza la obra de teatro.

Para variar, como se ve que tengo fama en el grupo de teatro de que se me quedan en seguida los guiones, pues me tocó hacer el papel de marido (que mira tú que casualidad era el que más texto tenía... se ve que esto de debutar, o re-debutar en un escenario me toca el premio del personaje con más texto). También hay que decir que yo era el que más se adaptaba a ese papel, quiero decir que yo era el que encajaba mejor (ya que el marido era una persona joven y yo soy el más joven del grupo de teatro). Así que en un mes, o quizás un poco menos, conseguí aprenderme el papel. De movimientos por suerte no era una cosa muy complicada y se podía improvisar bastante, así que se puede decir que fue un papel muy fácil de aprender.

Y ya llegó por fin el gran día. Llevaba más de un año con unas ganas locas de interpretar, de subirme a un escenario y divertirme como un niño con su juguete preferido. He de decir que cuando llegué al teatro parecía que me iba de viaje con la maleta cargada hasta los topes, claro, al ser una obra de teatro en la que sucede en varios meses pues tenía que ir variando el vestuario (hasta cuatro veces me tuve que cambiar). Pero en fin que era el 5 de Junio y ya desde las 11 o las 12 de la mañana no paraba quieto por el teatro Joventut. De arriba abajo, de abajo arriba sin parar. Mis compañeros me preguntaban “¿Estás nervioso?” y yo no estaba para nada nervioso (aquellas épocas en las que no me atrevía a saltar a un escenario ya quedó atrás), estaba inquieto, impaciente, ilusionado porque volvía a pisar el escenario del teatro más famoso de Hospitalet de Llobregat.

Cuando menos cuenta me di, ya era la hora de la representación. He de decir que esta vez no pude hacer mi típico ritual de los saltitos, el mover la cabeza de un lado a otro y hacer del perro de la película de “Socios y sabuesos”; ya que en esta obra salía desde el público, vamos que empezaba la representación sentado en el patio de butacas. La gente que me conocía se quedó un poco flipando cuando me vieron allí sentado. Total que se encendieron los focos, cogí aire a fondo (ya que no podía hacer otra cosa) y a disfrutar, ya que esa era mi oportunidad, mi momento y disfruté de lo lindo; acabé muy cansado con tanto cambio de vestuario, pero disfruté.

La siguiente representación fue para Bellvitge, ya que por diversas circunstancias no la pudimos hacer en Gornal. Y esta representación de Bellvitge la hicimos reduciendo un poco de texto, ya que en la pasada representación la gente dijo que se le hizo un poco pesado, así que pegamos unos recortes por aquí y otros por allá (total eso ahora está de moda), y a representar... y he de decir que esta vez, con la sala llena hasta los topes y la gente riéndose, pues que voy a decir... que para un actor aficionado en cuanto escucha que la gente está disfrutando pues se crece y todo va sobre ruedas, se hacen añadidos, haces alguna pequeña improvisación... y también hasta se escapa una carcajada (con lo que hay que disimularlo). Pero todo eso se compensa al finalizar la obra de teatro y ver como el público te ovaciona y te felicita.

Después de Bellvitge tocó hacer la representación en el barrio de la Torrassa, para así cerrar el ciclo de actuaciones después de haber tenido un año sabático. Así que este año 2010 lo considero como mi vuelta a los escenarios, algo genial, y me di cuenta de que no puedo dejar las actuaciones, ya que como decía en mi anterior entrada notaba que me faltaba algo... y ese algo era actuar. Así que para el 2011 no me lo pensé ni una décima de segundo y dije que continuaba en el grupo de teatro sí o sí... y más aún cuando volveríamos otra vez a interpretar una obra de teatro de nuestro escritor favorito Hugo Daniel Marcos.

El reparto de “Ya tenemos chica” fue el siguiente: Marta: Inma Padilla; Julio: Raül Toril; García: Mágdalo Quiroz; Angustias: Olaya Lourdes Checa; Manuela: Ester González; Taxista: Quim Portero; Presentador: Mágdalo Quiroz; Venancia: Montse Ortiz; Flora: Feli Casado; Adriano: Carles Deixens; Primitivo: Domingo Moreno; Aixa: Matilde Urbano.

Astros y fuentes y flores,
no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

Rosalía de Castro.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Un año sabático... “Juegos prohibidos” 2009

Se puede decir que el año 2009 fue para mi un poco raro (hablando teatralmente). Como cada año, y el 2009 no podía ser menos, hubo nuevas incorporaciones, así como bajas. Fueron tres incorporaciones lo que hubo y una sola baja... y como ya decía al final de mi anterior entrada esa baja fue la mía. A eso me refiero a que el año 2009 (siempre hablando teatralmente) fue un año raro.

Claro, cuando uno tiene muchas obligaciones, no puede permitirse el lujo de hacer según que aficiones. Como prácticamente la mayoría de los lectores de este blog sabrán, el año 2009 fue el de mi boda. Así que con ese motivo tuve que decirle a Quim que me retiraba durante un tiempo de los escenarios... pero eso sí volvería, vamos! y tanto que volví. Quim lo comprendió perfectamente y me lo agradeció que lo hiciese así, ya que compaginar dos cosas a la vez pues al final llevaría a que las dos saliesen mal. Con lo que aunque me supo mal, lo asumí y en mi pequeña carrera teatral hice una pequeña pausa. 

Al principio se me empezó a hacer un poco raro el no tener que ir los lunes a ensayar, y a hacer un poco el payasete... pero como seguía estando vinculado al grupo de teatro, cuando me entraba un poco la nostalgia me pasaba por el local de ensayo a ver a mis antiguos, y en un año futuros, compañeros. Y así poder ver que obra de teatro estaban preparando. Ese año de mi ausencia decidieron dejar de lado la típica comedia de risa suelta y desmadrada de enredos, por una obra de teatro que para mi tenía mucha calidad, una obra de teatro en la que tenía sus toques de humor graciosos, sus toques duros de la realidad en la época franquista, y sus toques en los que a uno le tocaba bastante la fibra sensible (yo me incluyo entre ellos). Ahora me arrepiento de no haber podido interpretar esa obra de teatro, pero con todo no se puede y somos personas humanas. Ese año 2009 el Grup de Teatre Independent Gornal decidió interpretar una obra de teatro de Alberto Miralles titulada “Juegos prohibidos”.

Juegos prohibidos es una obra de teatro que está ambientada en la época franquista. Cuenta la historia desde el punto de vista de unos niños. Hay dos grupos de niños, tres niños y tres niñas; cada uno en sus respectivos colegios (los niños en una parte y las niñas en otra). Dichos colegios se comunicaban por unas galerías, con lo que todas las noches los tres niños y las tres niñas quedaban en las galerías para fumar y para contarse las historias, pues eso vistas desde un punto de vista infantil. Durante estas reuniones nocturnas es cuando se ven los momentos con más gracia de la obra de teatro; pero también es cuando salen a relucir temas que hoy en día no se podrían tolerar, pero por aquellos entonces a uno no le quedaba más remedio que tenerse que callar con el tema de los abusos; ya que quien hablase sufriría las consecuencias de un profesor falangista. Es el caso de una de las niñas (no aparece en ningún momento de la obra de teatro pero la mencionan) que sufre las gravísimas consecuencias. Aquí es cuando se vive uno de los momentos más fuertes (más que fuertes diría de esos en que te llega al fondo del alma y muchas lágrimas caen de los ojos de los espectadores). Los niños ya cansados de tanto abuso y de tanta represión franquista deciden tomar cartas en el asunto a su manera.

Los dos colegios hacen una representación teatral, y es ahí cuando deciden liarla parda. Los niños en medio de la representación se empiezan a salir del guión establecido para poder quejarse debidamente. La que se llega a liar es tremenda poniéndose la profesora monja alemana (evidentemente nazi) y el profesor falangista como las motos. Pero al menos a los seis niños se les escucho. Aunque después de ese incidente los seis niños ya no se volvieron a ver hasta pasados unos cuantos años en que ya no había dictadura y recuerdan con cierta nostalgia las “aventuras” que vivieron de niños. Al final de la obra los seis niños (ya no tan niños) después de recordar los viejos tiempos se despiden, ya que cada uno ha hecho su vida por su parte, pero no sin antes ponerse a cantar una canción de Cecilia que es Mi querida España, con lo que hace que todo el público ayude a cantar con algún resto de lágrimas en los ojos.

Yo tuve el privilegio (visto desde otro punto de vista) de poder ser un espectador de lujo al ver esta gran representación. Se puede decir que era la primera vez en la que veía una obra del Grup de Teatre Independent Gornal desde el patio de butacas. ¿Una sensación rara al ver a mis compañeros subidos en el escenario y yo sentado en una butaca? Pues sí, pero a la vez disfrutando como espectador; y también con cierta nostalgia pensando en que me hubiese gustado estar a mi también subido en ese escenario.

La primera representación de Juegos prohibidos, evidentemente se hizo como cada año en el Teatre Joventut el 13 de Junio de 2009, aunque a esa representación no pude asistir. Pero por lo que pude enterarme la gente salió muy satisfecha y emocionada. Lo mismo ocurrió en las representaciones de Gornal, Bellvitge y Centre Catòlic (representaciones a las que sí que pude asistir exceptuando la representación de Bellvitge). Como yo sé lo que se siente cuando acaba una obra de teatro y la gente empieza a aplaudir, yo no me corté al final de la obra de teatro y me puse a aplaudir como un loco y poniéndome de pie para dar mi muestra de agradecimiento.

Para la representación de Juegos prohibidos, los componentes del grupo de teatro tuvieron una colaboración especial, que al año siguiente sería incorporación fija. Como decía esta obra de teatro tuvo la suerte de tener música de fondo en directo del gran maestro y amigo mío Mágdalo Quiroz, al que también le picó el gusanillo de subirse a un escenario y junto con mi reincorporación fue una de las nuevas incorporaciones para el año 2010.

Y así se acabó el año 2009 conmigo siendo un espectador de lujo y con unas ganas tremendas que llegase el año 2010 para poder volverme a subir a un escenario, ya que las ganas eran tremendas. Creía que no me iba a pasar factura, pero durante el 2009 notaba como si algo me faltase y eso era el tener que representar. Así que en el año 2010 ya puedo decir que hubo altas y bajas; y una de esas altas era yo, y además fue una reincorporación con papel principal incluido. Vamos algo así como mi primera representación teatral. Pero eso es una cosa que ya explicaré en mi próxima entrada del blog.

El reparto de “Juegos prohibidos” fue el siguiente: Roberto Torre de Vega: Ester González; Donato Serrano: Quim Portero; Faustino Orvajosa: Montse Ortiz; Marisa Laredo: Olaya Lourdes Checa; Carmen Pérez de Vivanco: Cristina Gamica; Asunción Lejarreta: Inma Padilla; Padre Severiano: Roberto Gutiérrez; Sr. D. Cayetano Mazas: Domingo Moreno; Madre Hildegard: Feli Casado.

Si nada nos salva de la muerte
Que al menos el amor
Nos salve de la vida.

Pablo Neruda.