sábado, 13 de agosto de 2011

Otra vez Hugo Daniel Marcos... "Mi mujer es el fontanero" 2008

A partir del año 2008 ya sí que se podía decir que era un actor de teatro... aficionado, amateur (o como cada uno quiera interpretarlo) pero era y sigo siendo un actor.
La temporada 2007 nos dejó tres bajas pues por lo de siempre, alguien que tiene otro grupo de teatro y es muy difícil compaginar dos grupos de teatro a la vez; otra de las bajas fue por tema de estudios... también por el mismo tema de falta de compaginación. Y la última baja, como era de esperar, fue de la persona que nos dejó tirados en la pasada actuación de Gornal (ver entrada anterior). Pero bueno como cada año que hay bajas también hay nuevas incorporaciones; esta vez fueron tres nuevas incorporaciones (aunque dos de esas incorporaciones más bien se puede decir que eran regresos al grupo de teatro), con lo que volvíamos a ser otra vez siete actores, repartidos en tres chicos y cuatro chicas.
Así que como cada año ya tocaba volver a buscar obra de teatro... y después de mucho y mucho buscar (bueno leer un par de obras de teatro) decidimos volver otra vez a nuestro gran amigo de la risa y superrecurrente Hugo Daniel Marcos. Mucha gente pensará que es un autor que recurre al humor fácil y sencillo, puede ser, pero es un humor efectivo, que a lo mejor has tenido un mal día en el trabajo, o estás pasando por un momento de bajón emocional... ves una obra de teatro de este autor y al menos una sonrisa y muchas carcajadas se dibujan en tu cara.
Lo bueno que tiene Hugo Daniel Marcos es que a parte de hacer reír mucho también escribe obras de teatro en la que participan bastantes actores y que todos tienen su punto de protagonismo. Se podría decir que todos son protagonistas, hay alguna excepción en que alguno de los actores tenga un poco más de protagonismo, pero por norma general todos disfrutan más o menos del mismo rato subidos en el escenario; que al que le gusta actuar cuanto más rato está en escena más disfruta.
El caso es que recurrimos a este autor ya que todos estábamos de acuerdo, y la obra que escogimos fue “Mi mujer es el fontanero”.
Esta obra, como casi todas las de Hugo Daniel Marcos, está basada en los enredos, los malentendidos, las entradas y salidas, las confusiones, el “ay! Que lo va a pillar”. Y ésta pues no podía ser menos.
Esta obra de teatro trata sobre un hombre que hace un año que es viudo (Roberto), tiene una vecina, que es quien le ayudó a superar el mal trago del accidente en el que falleció su mujer (Maite). Roberto está intentando rehacer su vida, ya que tiene una relación con Leti. Pero todo se empieza a truncar cuando Roberto descubre que en el cuarto de baño se ha reventado una cañería, con lo que decide llamar a un fontanero (Daniel). Daniel es un fontanero todo macho él de pelo en el pecho y bastante rudo, vamos lo que se conoce coloquialmente como Macho Ibérico. Pero éste cuando está arreglando el reventón de la cañería sufre un cortocircuito y se electrocuta, con lo que queda frito en el suelo del escenario. Roberto, todo asustado decide llamar a Maite para que le eche un cable; pero en su camino en busca de Maite, Daniel, el rudo fontanero, ha despertado del shock, pero ya no es Daniel, sino Daniela, la mujer de Roberto que falleció en un accidente de coche...
A partir de aquí comienzan los líos, ya que cuando Roberto ve al fontanero casi le da algo porque creía que estaba muerto; pero claro, aquí no se acaba la cosa ya que Daniela (en el cuerpo del fontanero) se emociona mucho en cuanto ve a Roberto, cosa que hace que Roberto empiece a alucinar de todos los colores, ya que un fontanero le estaba explicando cosas íntimas de él y su mujer. A partir de aquí empiezan a suceder unas cuantas situaciones cómicas como Daniela viéndose con ropa de fontanero decide cambiarse y en algún momento sale con un vestido de mujer... aunque se pasa casi toda la obra de teatro con un camisón de verano enseñando todos los pelos de las piernas y el pecho.
Es en estos momentos cuando se empiezan a vivir las situaciones de confusión, ya que el portero del edificio (Chun-Li), no se cree lo que ve, un hombre que al principio es todo un macho ibérico y al cabo de un rato lo ve vestido de mujer “tonteando” con el dueño de la casa... pero aquí no se acaba la cosa. Ya que aparece en escena la novia de Roberto, y por si fuera poco también aparece la madre de Roberto. Con lo que ya os podéis imaginar la situación de la escena; enredos, líos, malentendidos, confusiones, uno entra por aquí, otro sale por allí. Y por si todo este meollo no fuera poco también apareció la actual mujer de Daniel (el auténtico fontanero) (Diana). Claro cuando Diana ve a Daniel (que en realidad es Daniela) con las vestimentas de mujer quiere una explicación. Pero Daniela no sabe ni siquiera quien es Diana, y Daniela le dice que está locamente enamorada de Roberto... con lo que otro embrollo más.
Al final Roberto consigue convencerse que aunque el cuerpo sea de un fontanero en realidad quien hay dentro es su mujer. Pero aquí no se acaba la historia ya que Daniela se va al cuarto de baño y vuelve a haber otro cortocircuito cogiéndole de lleno a ella... ¿y que pasó? Pues efectivamente, Daniela se volvió a transformar en Daniel, el fontanero bruto y macho, que en cuanto se vio con un camisón puesto no se lo podía llegar a creer y empezó a rabiar como una mona que casi despelleja a Roberto. Pero aún hay más, ya que apareció de nuevo en escena Diana, la mujer de Daniel, y aunque éste le diga que todo ha sido un malentendido y que lo han vestido así, Diana ya no quiere saber nada de Daniel y le pide el divorcio a Daniel; y por si no fuera poco volvió a aparecer por la casa Chun-Li, el portero, y empezó a ligar con Daniel. Con lo que ya os podéis imaginar el final de la obra de teatro, todos corriendo para arriba y para abajo.

Con todo este argumento, mucha gente ya se puede imaginar perfectamente que papel me tocó a mi. Ya viniendo de la experiencia de “Un mal día” en la que hacía de gay... y después de la experiencia de “Los Lisístratos” en la que prácticamente media obra de teatro me quedaba en calzoncillos; pues yo tenía todos los números para que me tocase hacer de fontanero. Eso sí yo encantado de volver a meterme en un papel afeminado. Así que esta vez no tuve ningún problema en el tema movimientos, expresiones y demás. Ya que con la experiencia vivida hacía un par de años cuando tenía que hacer de gay y que no había manera que me entrase el papel hasta justo dos días antes de estrenar la obra, pues vamos creo que ya voy a tener pluma a la hora de actuar para siempre. Por suerte en obras posteriores no se me ha encasillado en el mismo papel, sino que he ido haciendo otros papeles más normalitos.
Así que después de estar ensayando durante unos cuantos meses, y yo como siempre a las dos semanas ya me sabía el papel a la perfección, pues llegó el domingo 15 de Junio de 2008, día en que como siempre estrenábamos la obra de teatro en el teatre Joventut. He de decir que de esta representación no tengo muchos recuerdos, supongo que será porque eso de ir interpretando me dejaba más tranquilo o que, pero que la representación del Joventut la tengo un poco como una pequeña laguna. De lo poco que me acuerdo es de Quim, que hacía de Roberto, llevándome a rastras a la habitación porque me había electrocutado. Pero bueno, si no tengo recuerdos supongo que es porque la actuación fue normal, sin ninguna anécdota ni nada por el estilo.
De la representación que sí que me acuerdo perfectamente fue cuando a las dos semanas del Joventut la hicimos en el barrio del Gornal, para las fiestas de dicho barrio. Me acuerdo perfectamente porque de esa representación no es que tuviese muy buenos recuerdos. Ya que para empezar el escenario nos lo pusieron en medio de la rambla. Hasta ahí todo perfecto, así más gente nos vería. Pero los inconvenientes empezaron a salir al momento, ya que teníamos que llevar micro (estos que se colocan en la oreja y la petaca la llevas enganchada atrás) y eso es de lo más incómodo y más cuando se empieza a sudar por el efecto de los focos... pero esto no es todo, ya que había que añadir a todo esto el ruido ambiental, las atracciones, los niños correteando... Qué llevó todo esto? Pues a que no nos concentrásemos lo debido y empezásemos a tener cagadas por todas partes. Eso sí, me quedo con una cosa positiva de esta actuación, que fueron las carcajadas de bastante gente en cuanto me vieron con el camisón y toda mi pelambrera. Aún a día de hoy cuando me cruzo con alguno de estos vecinos me sigue haciendo coña.
Pero bueno, este estado de negativismo se contrarrestó para las fiestas de Bellvitge en que lo bordamos, y para variar volví a disfrutar como un niño subido en el escenario. Y cuando se disfruta de esta manera la obra de teatro va sobre ruedas y todo va genial.

Así que aquí se acabó la temporada teatral 2008, y como cada temporada, y año que se acaba hubo bajas, y una de esas bajas fue la mía... pero ya dije que solamente era una baja temporal, más que nada porque en 2009 me casaba y quería dedicar el año a hacer todos mis preparativos, pero eso sí, en 2010 volví, y la próxima entrada aunque no participase por ahí estaba yo, así que explicaré la obra de teatro de 2009.
El reparto de “Mi mujer es el fontanero” fue el siguiente: Roberto: Quim Portero; Leti: Olaya Lourdes Checa; Maite: Montse Ortiz; Daniel / Daniela: Raül Toril; Madre: Feli Casado; Chun-Li: Domingo Moreno; Diana: Ester González.

Cantando espero a la muerte
Que hay ruiseñores que cantan
Encima de los fusiles
Y en medio de las batallas.

Miguel Hernández.